¿Qué opino sobre el matrimonio GAY desde mi postura legal?
Con la aprobación del matrimonio gay en Los Estados Unidos (primera potencia mundial), se ha avivado el debate sobre el tema.
Pues, si me preguntan, responderé desde una óptica meramente legal. A la gran mayoría de los abogados, cuando estudiamos Derecho, se nos modifica el criterio de ver las cosas.
Es por esa razón que en los juicios con jurados de conciencia, los integrantes de dicho jurado no debieron haber estudiado Derecho ni mucho menos ser abogados; porque el estudiar leyes muchas veces "cambia el criterio moral-social a un criterio legalista y, en muchos casos, frío".
En Derecho, desde el siglo XVIII, los espíritus liberales concibieron el matrimonio como un "contrato". ¿Y qué es un "contrato"?
Un contrato es un acuerdo de voluntades del cual derivan obligaciones y derechos (ejemplo, obligación de ser fiel; y derecho de participar en las ganancias económicas de la pareja, asegurar al cónyuge, etc.)
Surge entonces la interrogante: ¿Por qué pueden un hombre y una mujer celebrar un contrato legal y dos personas del mismo sexo no? Desde una perspectiva jurídica eso resulta no solo injusto, sino también ilógico, discriminador y vulnerador de derechos humanos básicos.
Señores y señoras: si buscan una opinión religiosa, pregúntenle a un sacerdote católico, a un pastor evangélico, a un elder mormón, a un Rabino, a un líder musulmán (Iman), entre otros.
Mi opinión está basada en razonamientos jurídicos de Derecho, pues, soy abogado y así veo el asunto del matrimonio, como lo que legalmente es, un contrato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario